17 noviembre 2007

Vacío

Leo el mensaje que me manda mi hermano: ¿Tienes entradas para el fumbo el domingo? Mi hermano es periodista también, pero a lo que se ve las noticias del partido de hoy de la selección española no llegan hasta Donosti, que es donde curra. El buen hombre tiene fiesta hoy y mañana y ya estaba haciendo planes para bajar mañana al campo, cuando hasta los niños de teta saben que no hay Liga. Le contesto y me reenvía otro mensaje: ¡Mierda puta! Lamento el léxico, pero es lo que hay. Incluso le llamo para vacilarle y decirle que será de las pocas personas sobre la faz de la tierra que no lo sabía. Entonces me replica: Eh, tío, que yo trabajo, no soy un desocupao como tú. Ahí le doy la razón. Tan desocupao estoy que me duele en el alma que mañana no haya partido, todo por culpa de la dichosa selección. Debería haber una ley de salud mental que impidiera parar la Liga por tan banales motivos. Que jueguen los países los miércoles, hombre, que no se puede frenar de esta manera el ritmo vital de los aficionados, 15 días sin ver jugar a nuestro equipo. Porque, ¿qué hago yo mañana, sin partido de Osasuna, sin Fórmula 1, sin ciclismo, sin Irujo? Si ni siquiera hay un triste maratón de nivel que llevarse a la boca. De esos días que me recuerdan al 15 de julio o al 1 de enero, de esos que sólo quieres que pasen rápido, muy rápido. Ya, me podría ir al monte o algo así, pero eso ya lo hago entre semana, que estoy desocupao. Por eso el fin de semana debería ser obligatorio que hubiera Liga de septiembre a junio, sin parones ni tonterías. Que no es que tenga yo nada en general contra la selección, que no, pero de ahí a celebrar que jueguen un sábado hay mucho. Creo que tengo un serio problema de gestión del ocio. Bueno, tranquilo Nagore, que en diciembre hay seis partidos.