Historia

Pues bien, bien, se va cerrando el círculo perfecto, ya podemos unirnos a Leire Pajín y Bibiana Aido –Zapatero no levantó el puño porque no se deja llevar por los impulsos- y entonar el arriba los pobres del mundo sin que se nos caiga la cara de vergüenza al suelo. Como recordarán, todo esto empezó cuando los grandes bancos dieron dinero a los que no tenían trabajo o sí muchas posibilidades de perderlo, cuando los bancos ofrecían el 120% de la tasación de las viviendas a la hora de negociar unas hipotecas estratosféricas fruto de la especulación, cuando esos mismos bancos colocaban ese material peligroso en los fondos en los que invierten los que no tienen problemas para llegar a fin de mes, poniendo en riesgo los ahorros de los se ganan la vida trabajando a la antigua usanza y también de los que se la mejoran gracias a bolsas y Sicavs. Aquello reventó, hizo croc y cric y los líderes del mundo que habían permitido todo eso y más nos anunciaron que a fin de que no se fuera todo al infierno había que ayudar a esos bancos y a esas corporaciones y les inyectaron liquidez. Bien. Poco después, comenzó el goteo incesante de despidos, cierres y demás y como a los gobiernos, especialmente al de aquí, le parecía hasta feo no darnos algo también a los que nada habíamos hecho pues nos soltó unos durillos para ver si colaba. Y, claro, el agujero se comenzó a agrandar y qué mejor para taparlo que seguir siendo los más progresistas y levantapuños de todos y subir el tabaco, el alcohol, la gasolina y si se ponen ustedes tontos también el IVA, esas cosas que pagamos todos por igual así tengamos Sicav o libreta de la Caixa del Penedés. Ya lo ven amigos, esto es el socialismo, así construye Zapatero la historia. Tal vez ésta le absuelva. Nosotros no deberíamos.