Sensaciones

Hace días me leí una entrevista a Zabaleta. Coño, llovía, no jugaba Osasuna, ya se había terminado la París-Tours, aún no era hora de merendar, ya no estaba a tiempo de engancharme a la primera tanda de películas venenosas de las 4, se me había acabado el único libro que me había traído al pueblo –Basta de mentiras, de John Pilger, excelente-, ¿qué podía hacer? Pues me leí la entrevista a Zabaleta. He de reconocer que me dormí dos veces, pero creo que no fue del todo culpa de Zabaleta, es que el día estaba muy plomizo. El caso es que de toda la entrevista me quedaron dos cosas claras: la primera, que Zabaleta, como el resto de políticos, ni reconoce errores concretos ni necesita abuela –“somos más navarristas que UPN y más socialistas que el PSN”, dijo. Lo primero no sé, porque no sé qué es ser navarrista. Lo segundo no es muy difícil, aunque el PNV socialista...-. Y la segunda, que fe no le falta, porque cree que pueden ganar las elecciones –siempre y cuando no se líen a gorrazos entre ellos hasta entonces-. Eso es bueno, la fe siempre es buena. Un tipo que ya era concejal en 1979 por fuerza tiene que tener fe, amén de un culo bien moldeado a diversos asientos. Esto no es una crítica, es un hecho, Zabaleta está más visto que Fergusson en el United, lo mismo que Sanz-Barcina en UPN, Palacios-Cervera en PPN, Nuin-Erro en IUN, Alli-Burguete en CDN, Urbiola en PNV o casi casi ya Barkos. Quizá a mucha gente, les voten o no, no les resulten tan vistos. A mi –igual es que tengo los receptores visuales más débiles- me suena casi todo a desgastado, de hecho Jiménez y Caro sólo llevan dos años en el candelabro y se me han hecho como 100 –de honradez, eso sí-. No sé, será culpa mía, pero es una sensación como de haberte levantado en 1998. O en 1983. Pero con más dolores.