Piratas

Solicitó la Asociación de Consumidores Arizcun –perdón, Irache- el otro día en uno de sus esperadísimos comunicados a los bares y restaurantes que cuando los clientes pidan “agua” se les dé agua y no un “botellín de agua”. Argumenta Irache que el agua del grifo es más barata y más respetuosa con el medio ambiente. Hasta aquí todo correcto y nada que objetar, al contrario. El problema es el que sigue: ¿paga Irache los gastos de los bares y los restaurantes o los pagan los dueños de los bares y de los restaurantes con los ingresos que obtienen de los clientes? Hasta donde yo sé, Irache no paga nada, con lo cual su solicitud sirve para lo que va a servir: para absolutamente ná, ya que el dueño que sea un pirata seguirá siendo un pirata y el que sea normal te dará una jarra de agua con el menú. Lo que tendría que hacer Irache es dejarse de tanto estudio general y abrir un listado en Internet con los nombres de los bares que estudió en los cuales se negaban a darte agua del grifo –recordemos la millonada que costó Itoiz y en algunos bares pareciera que vivimos en Lesotho- y ya veríamos si alguno cambia de táctica. Creo yo que ése sí que es un buen servicio a tus asociados y a la sociedad en general, el de avisar de en qué lugares es negada el agua del grifo en beneficio de la embotellada en esta comunidad bastante bien abastecida de agua y en la que por lo precios de muchos establecimientos hoteleros parece que atáramos los perros con longaniza pero ibérica. Hace poco me cobraron 2,50 euros en el interior de un bar normalito –sin vistas al mar o al Taj Mahal- en la plaza de Compañía. Obviamente, en su derecho están de volcar una lata de Kas en un vaso, echarle un hielo y cobrarme 2,50, pero la siguiente vez les va a hacer compañía su padre, así me esté deshidratando.