Morcillas

El segundo periódico de España que más se vende salió con una información según la cual un presunto delincuente al que llamaron David y que presuntamente había pasado la noche en el calabozo con Eufemiano Fuentes aseguraba –el tal David- que Fuentes había dicho que si él hablase España no hubiese ganado ni la Eurocopa ni el Mundial. El morcillero periodismo deportivo con base en Madrid se lanzó como una alimaña a por este tema y hasta obligaron a hacer declaraciones al respecto a Xavi y a Del Bosque. El otro día Fuentes mandó una carta desmintiendo que él hubiese dicho nada a nadie. Una por una, El Mundo ya había publicado su morcilla y el resto –el periodismo morcillero deportivo con base en Madrid- nos asqueó dos o tres días con eso. Ayer, el primer periódico que más vende de España, por obra y gracia del mismo periodista que pasó por alto las referencias a Valverde de los papeles de la Operación Puerto cuando inicialmente había incluido el listado en el que aparecía la clave Valv (Piti), se marcó un artículo en el que el protagonista es un deportista de más de 30 años que reconoce haberse dopado. El deportista es anónimo. Vamos, que puede ser mi madre o Joe Rígoli. Me río yo del famosísimo libro de estilo de El País. El periodista radiofónico más legendario salió también para decir que Induráin se dopó en los Tours de 1994 y 1995. No seré yo el que diga que no lo hizo –ni tampoco que lo hizo-, pero alguna prueba que otra no estaría de más. O haberlo dicho en su momento. Así está el patio, convirtiéndose todo en una especie de foro gigante de Internet en el que nadie firma, ni da la cara ni paga peaje de ninguna clase por lo que ha dicho, escrito o mostrado. Hace falta mucho más que un Wikileaks para que esta profesión se gane el respeto que debería tener.