08 enero 2011

Global

Estoy de la prima de riesgo hasta más allá del píloro, llevamos varios meses que entre la tal prima, los de Moody’s, un tal Fitch –no confundir con el entrenador que nos hizo campeones a los Celtics en la 80-81- y los tales Standard y el cabrón de Poors no hay mañana que no te los cruces en el dial cuando lo giras en busca de alguna canción que no sea de Maná, la Gaga o Sergio Dalma. Cruzar el dial español en busca de un tema que no te irrite el colón es un deporte de riesgo y mucho más desde que cualquier locutor medio puede comenzar el parte de las ocho de la mañana sin dar más explicaciones con frases del tipo Moody’s ha rebajado hoy la solvencia de España o Fitch le ha hecho un calvo a Zapatero. Vas a la caza de alguna emisora que sepa distinguir a Mitch Buchanan de Roy Buchanan y te das de morros con un montón de periodistas que ya desde que estás con la magdalena te martirizan con los negros nubarrones que se ciernen sobre nuestras cabezas todo porque unos pusilánimes de manos blandas y blanquitas que se llaman Bob y Sean y Larry y viven en un adosado con porche en Long Island han tenido una mala noche de lloros en casa con los gemelos y han puesto a la economía española con el culo en posición de firmes. Quiero decir, ¿para esto votamos en las Elecciones Generales, para depender de un tal Bob y del puto Larry? Esto es lo que no nos explican esos locutores, que nos engañan hablando de la globalización. Eso no es globalización, es directamente depender de una cuadrilla de ratas con barco en Martha’s Vineyard y asiento en el Garden junto a Spike Lee. Sugiero a las agencias de viajes españolas que en sus guías sobre Nueva York incluyan las sedes sociales de estos terroristas internacionales para ver si al menos les podemos mear en la puerta. Una meada global.