01 septiembre 2011

Bárbara


El martes a la noche mientras íbamos por donde el Caballo Blanco me encontré con Marta, a la que no veía hace años, y me contó muchas cosas. Me contó que Bárbara va todas las tardes a la piscina y que cuando vuelve y le pregunta qué tal, Bárbara sonríe y le susurra, todos los días, todas las tardes: más bien… La noche estaba densa y tuve que mirar fuerte fuerte a San Cristóbal para que Marta no me notara nada. Su hermana pequeña Bárbara, cuando va a nadar y cuando vuelve y cuando siempre, sonríe. Bárbara es, fue y será la chica más preciosa de mi portal, del portal de al lado, de toda la calle y quienes la conocen saben que no exagero nada si digo que de toda la ciudad. Pero eso es lo de menos, porque la belleza de Bárbara siempre estuvo y está y estará en otra parte. Cuando yo vendía libros y periódicos en lugar de escribir en ellos y quería descansar los domingos y había que abrir sí o sí aquella tienda, las tres hermanas –Marta, Isabel y Bárbara- eran mi relevo: ganaban un dinero y yo sabía que todo estaba en buenas manos. Cuando le tocaba el turno a Bárbara, sin desmerecer a sus hermanas, tenía la completa certeza de que absolutamente todo iba a estar perfecto. Y así era. Luego un día Bárbara empezó a notarse rara hasta que la enfermedad con nombre de sindicato se instaló y una Bárbara se fue y llegó otra, tan inmensa que no puedes dejar de sentirte enano. La última vez que me la encontré nos tomamos juntos un café y me pidió perdón con la mirada porque el café se le derramaba de las manos cuando a mi lo que se me estaba derramando era el alma y la admiración, la que hoy te reitero aquí y a todas y todos los que como tú y vuestros entornos me dejáis sin las palabras que no me saldrían cuando nos veamos y que ya no te salen a ti pero que con tus ojos basta.

17 Comments:

Blogger P said...

Hermoso retorno. Gracias.

12:26 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

precioso.

8:04 a. m.  
Blogger Luisgui said...

Bárbara siempre será para nosotros un ángel, ¿verdad vecino?

10:32 a. m.  
Blogger Ander Izagirre said...

Precioso, precioso.

10:35 a. m.  
Blogger Iñaki A. said...

Joder, Nagore. Te ha salido Cortázar.
Bárbaro, como él mismo hubiera dicho.

10:46 a. m.  
Blogger jorgenagore said...

Siempre, vecino, siempre. Te leí a tí en su día, precioso. Gracias, me sirvió.
ander e iñaki: gracias, abrazo.

10:57 a. m.  
Anonymous piligarces said...

Qué bonito!!

11:43 a. m.  
Blogger Saioa said...

Increíble columna.
Igual que te emocionaste cuando lo escribías, emocionas a los que te leémos.
Fuerza bárbara en tus palabras. Y fuerza, Bárbara.

12:59 p. m.  
Blogger PatxiBi said...

¡No sé que adjetivo usar!

1:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tienes un don y lo sabes aprovechar.
Gracias!

1:13 p. m.  
Blogger jorgenagore said...

‘Es fantástico estar reunidos aquí, desde el otro lado de la intimidad. He oído que algunos de vosotros habéis tenido problemas geográficos y financieros. Nos honráis al dejarnos tocar para vosotros esta noche’ (Leonard Cohen)
Gracias a todas-os, lo importante no es que lo escribamos, sino que lo sintamos. Y todas-os lo hacemos.

1:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Aaaayyy...que dificil reconciliarse con la vida cuando eres amiga de Bárbara del cole, y estás vivienda un momento dulce, esperando un bebé...que lotería...

1:21 p. m.  
Blogger Andertxo said...

Efectivamente, ese don con el que has nacido lo sabes explotar bien. Magnífico leerte de nuevo!!
Un abrazo.

2:34 p. m.  
Anonymous JMR said...

Esto es volver por la puerta grande. Chapó.

3:24 p. m.  
Blogger Mikel said...

Gracias por volver, Jorge. Temía que te quedases con Bob y no volvieses a escribir columnas como ésta.

3:58 p. m.  
Anonymous Txandrios said...

Grandes amistades de portal que ni el tiempo puede con ellas. Sobre todo las que son especiales, como parece ser esta.
Salud

5:40 p. m.  
Blogger Koldo said...

Sublime.... Kepa...

1:03 a. m.  

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