30 septiembre 2006


Carteles

En esta tierra tiene que ser un chollo ser fabricante de carteles, rótulos y demás. Aquí cada pocos años llega alguien nuevo, se saca el compás, traza zonas vascófonas, mixtas y no vascófonas y le llama al fabricante y le dice: “Manolo, prepárate que te van a caer 100.000 carteles”. Hay veces en las que incluso, como ha sido el caso, no hace falta que llegue nadie nuevo, sino que los que están una mañana se levantan más vascófonos y deciden que lo que antes estaba sólo en castellano en las carreteras ahora esté en castellano y en euskera. Si se levanta castellano perdido tres meses después entonces a Manolo se le hace el culo gaseosa e imprime otro saco de carteles, carteles que invariablemente serán tachados por el lerdo de turno, da igual que estén sólo en castellano o en bilingüe. Es casi lo de menos que unos digan que hay sentencias de por medio que obligan a poner dos nombres para una misma cosa (es famoso el chiste del sevillano que aparca el coche una noche de San Fermín y, al día siguiente, no lo encuentra y le preguntan: “¿Usted en qué calle aparcó”. Y contesta: “En la calle kalea”), mientras otros aseguran que no, que no hay ninguna sentencia que les obliga, porque lo importante es que a unos lo que les va es ziriquiar y, a los otros, resistirse. Supongo que ustedes serán o vascófonos o castellanos o mixtos, vamos, diversos, como esta tierra nuestra, tierra de carteles. Yo, en estos temas, siempre he preferido de toda la vida de Dios ser el que fabrica los carteles, ya que, mientras no me pierda –y no me pierdo porque o me llevan o voy en autobús-, me importa bien poco en qué dichoso idioma está el cartel, si lleva b o v y esas cosas. Y eso que sé que los idiomas son importantes. Si año tras año no jugarán a la política con ellos.

29 septiembre 2006


Los ofertas


Seguro que conocen alguno. Yo les llamo Los ofertas. No pagan nada a su precio y, no contentos con eso, te lo cuentan, para que tú sepas que eres bobo. El piso, si valía 48, lo han conseguido por 38, porque resulta que era el final de la promoción y el inquilino que lo compró lo tenía que vender rápidamente y necesitaba liquidez. Se han enterado –“y fíjate qué suerte”- por una amiga de ella que trabaja en no sé dónde y que fue la que le consiguió el empleo a él, además. Es la ostia la amiga ésa. El coche es de segunda mano pero apenas tiene 500 kilómetros porque el anterior dueño nada más estrenarlo se enteró de que su mujer estaba embarazada y fue a toda leche y se compró un monovolumen, porque ya saben ustedes que ahora los niños si no van en monovolumen es como si estuvieran abandonaos. En monovolumen y en una silletas que parecen sidercars. Esto les ha salido a mitad de precio, porque el padre de él se enteró en el trabajo, “donde, fíjate qué suerte, le han concedido la reducción de jornada pero con todo el sueldo”. Los viajes. Bueno, los viajes casi les salen a cobrar. Él debe de ser el que inventó Internet, porque si tu avión a Punta Cana te sale a ti por 300, él lo ha conseguido por 50, ida y vuelta, y además “nos dieron zumos, sanbiches vegetales y 12 canales de televisión”. El tiempo les salió “divino” y a la semana de volver ya estaban planeando las siguientes. Por Internet, claro. Las obras del piso, obviamente, las va a hacer él, que es un manitas, por supuesto autodidacta. El otro día me encontré con uno. En el fútbol. Huelga decir que no ha visto una taquilla en su vida. Me dijo que su mujer estaba cenando con las amigas, porque “no sabes lo bien que se come en la UNED por 3,50”. Por lo demás son encantadores, fíjate que suerte.

28 septiembre 2006

El currículum


Voy a tener un hermanito. U hermanita. Me he enterado por la televisión. Lo ha dicho Jaime Peñazo, que es la unión de Jaime Cantizano y Jaime Peñafiel, que es un señor al que no le cae muy bien que se diga mamá y se está haciendo rico con eso, como le pasó a Carmina Ordóñez con la que le llevaba las maletas, la Lara Rodríguez esa, que se hizo rica. Tiene huevos que me haya tenido que enterar por la televisión de que voy a tener un hermanito -u hermanita, je-je, no se lo cree ni Iker Jiménez-. La cosa es que tampoco me parecía muy normal verle a mamá cada dos por tres yendo al baño a vomitar, pero pensaba que igual es que habían estado cenando en casa de Sabina. Y ya se sabe que aunque el Sabina dice que se ha moderado lo que es moderado para Sabina para mamá es una bacanal romana. Pero no. Lo que pasaba es que estaba preñada, mamá. De ahí los vómitos y que se le haya olvidado decírmelo, a mí, que soy su hija, la mayor. En esta familia es que falta comunicación y así pues me parece que no me apetece nada ser reina, mira por donde. Vamos, ahora mismo doy todos mis potitos si lo que viene es un maromo y yo puedo andar por ahí como la tía Pilar, de rastrillo de Nuevo Futuro a rastrillo de Nuevo Futuro y de ahí a cenar a Lucio, y no como el abuelo, todo el día puteao y pa un rato que se va a cazar van los del baloncesto y ganan el Mundial y él no estaba y la gente se queja. Estos súbditos es que son insufribles, de verdad, que les reine su padre. A ver, el caso es que si al final es niño y el rey es él habré sido posible reina durante 18 meses. Vamos, eso me va a quedar elegante de ganas en el currículum, si alguna vez necesito usarlo. Por cierto, hoy jugamos contra el transbozpor ese ¿no? ¡Vamos rojos! Siempre vuestra, la princesa roja, nacida líder.

27 septiembre 2006


¿Ya?

Henos aquí los de Pravia. Hay pereza, no crean, que no soy de ésos que le pasan la mano por el lomo a los lectores y les dicen que qué ganas tenían de volver a verlos y lo largo que se les ha hecho y todo eso. ¡Leches!, bien corto que es el verano –y más desde que agosto lo han pasao al otoño- y bien contento que estaba sin poner un solo dedo encima de una sola tecla, así, mirando las lontananzas. Que luego estaré a gusto, vamos, seguro, hasta feliz, pero de ahí a tener mono, quita, quita. Bien, dicho esto, un placer de nuevo. Como es de rigor, advertiré que estaremos por aquí de miércoles a domingo, inclusivemente, y que, salvo excepciones, esto lo mismo será mi opinión que nada más lejos de la realidad propia mía, si la tuviere. Además de todo ello y de que trataremos de ser corteses y descorteses con quien nos parezca merecerlo, volvemos a mencionar el apartado de debajo de estas humildes letras donde se indica una dirección de internet. Sí, es un blog. Ahí iremos –parezco Indurain- colgando estos artículos y cualquier comentario que ustedes tengan a bien dejar, ora en el blog ora en el mail que hay donde mi perfil, que es mi mail y punto pelota. Ya saben, sugerencias, comentarios, quejas y así. Sí, ya sé que esto lo expliqué el año pasado, pero es que hay lectores que seguro que no habían nacido el año pasado y tienen tanto derecho como ustedes a formarse como personas, humanas por supuesto. El blog sigue siendo tan feo estéticamente como el año pasado y así seguirá, que a los hijos se les quiere como son. Aprovecho para pedir disculpas por adelantado y así no las tengo que pedir después, que es un tostón. Aprovecho también para decirle a La Eugenia que todo lo que escriba y haya escrito va por ti, con mi eterna admiración. Ponte buena. Amos pallá.