30 noviembre 2006

Marcianos

Ya decía que notaba como un vacío aquí por donde debe de caer el bazo. Y es que estamos ya casi llegando al 2007 –parece que fue ayer cuando era 1916, por ejemplo- y me acabo de dar cuenta de que llevo casi un año sin citar a Lizaur, que es uno de mis pamploneses preferidos, aunque por supuesto a mucha distancia de Uve o de esa señora tan simpática que a veces veo en mi panadería y que luego va por la calle avisándonos a voz en grito de que vienen los marcianos. No, señora, no, los marcianos vienen sólo todos los 5 de enero desde hace unos años. Son unos tíos de color blanco que van subidos en una especie de carrozas que en realidad son coches o camiones y que se pintan la cara de negro para engañar a los niños. Incluso el ayuntamiento de esta ciudad les da un subvención y les pone a los municipales a su disposición para que sigan alargando una farsa que al marciano jefe le hace una gran ilusión, porque en su planeta no le dejarían jamás pintarse la cara de negro para que la gente le llamara Baltasar, cuando todo el mundo sabe que Baltasar es negro y que el marciano jefe es más blanco que mi culo, señora. Uve también solía decir que él jugaba en Osasuna, pero no le faltaba razón porque en realidad en Osasuna jugamos casi todos, aunque sí que es verdad que los goles que metía Uve o que decía que había metido no los hemos metido casi ninguno. Por eso a Uve si viviera me gustaría que pudiera tirar el chupinazo o también esa señora que se equivoca con lo de los marcianos, aunque en el fondo ella nos engaña pero lo hace sin saberlo del todo, no como otros, que además se descojonan a nuestra cara blanca y a la cara negra de muchos negros que viven, trabajan y pagan en esta ciudad que no se merece subvencionar a los marcianos y reírles las gracias. Iros a Kripton.

29 noviembre 2006

Calendario

Hace unas noches se me llevó el viento. Y eso que ya me había dicho mi rival que como no tengo masa crítica ni clase alguna de masa me metiera unas piedras en los bolsillos –de fumar no ¡eh!- no fuera a ser que una ráfaga me levantara las patitas por el aire, que es lo que pasó, que me levantó las patitas. Me las levantó en la calle Salsipuedes –me gusta mucho esa calle, voy cuando estoy depre y así me animo cuando consigo salir- y me dejó justo dentro del vallado de las obras de Sarasate, no sin antes darme un voltio Curia abajo y de ahí por encima de los tejados de Jarauta y cruce a la izquierda por Eslava. Oye, aterrizar al lado de una percutora a las tres de la mañana es cuando menos raro, pero, ya que la vida me había llevado hasta allá, me dije: “Jorge, aprovecha, indaga”. E indagué, qué coño. Me metí en la caseta de los currelas, porque el vuelo me había abierto el apetito. No había más que unas virutillas de queso y dos trozos de pan duro, así que me comí el queso y me metí el pan en los bolsillos, que me bastaba ya de vuelos. Y mirando mirando descubrí que los currelas habían hecho una porra, a dos euros la apuesta. Ganaba el que acertaba el tiempo que iba a durar el nuevo pavimento antes de que empezarán las obras del no confirmado pero si planeado parking de Sarasate. La gran mayoría le daba como mucho un año e incluso había uno que había puesto: Al día siguiente de las elecciones. El encargado había marcado la opción no antes del 2009, pero me parece que era más porque se pagaba 30 a 1. Yo al final puse menos de un año, les dejé los dos euros y me llevé un calendario de ésos que antes solía haber en las gasolineras y que total a ellos qué servicio les iba a hacer ya, que se lo conocían de memoria. Y porque además trabajo no les va a faltar.

26 noviembre 2006

La L

Esa empresa sueca tan divertida en la que trabajamos todos, ya saben, Ikea, les ha puesto a algunos de sus empleados unas camisetas con la letra L, no de talla, sino con una L gigante impresa detrás. Los elegidos son los que llevan poco tiempo en la empresa o en una sección concreta, están en prácticas o haciendo un cursillo, vamos, los becarios. Argumenta la responsable de recursos humanos de la tienda Ikea de San Sebastián de los Reyes que con esta medida “a los trabajadores se les da tranquilidad y los clientes se muestra más comprensivos con los empleados”. Esto es, te ponen una L -¿de lelo o de lerdo?- y la gente te molesta menos. No está mal, aunque habrá que preguntarles a los que no llevan la L qué tal se comporta la clientela con ellos, no vaya a ser que a los veteranos les dé por ponerse una Q de quemados y a los jefes una T de tocahuevos y al final vayas a un Ikea y no puedas hablar con nadie, aunque no sería mucho cambio con lo que te pasa ahora, que es como estar en la Luna. Dice también la responsable de personas humanas que éstas llevarán la camiseta con la L hasta que se adapten a su nuevo puesto, con lo que ya me veo a unos cuantos que no se van a quitar la L hasta que se les caigan los dientes, porque eso de que no te molesten los clientes tiene que ser un chollo, ¿no?: “No, no, señora, yo de esa mesa no tengo ni idea. Y además, ¿no ve la L? Pregunte a aquel, sí, el calvo, que es el encargao. Pásame la bota Mariano, que hace reseco”. No sé, no le veo yo mucho futuro a esta cosa, aunque bien visto igual sería una buena idea copiarlo esto en los parlamentos: “A ver, no se metan ustedes con el señor Montilla que sólo lleva cuatro días de president”. Da igual, el caso es que estos del Ikea, con tal de no trabajar, cualquier cosa.

25 noviembre 2006

Día señalado

A lo tonto a lo tonto ya estamos casi en el Día de Navarra, que este año cae en 4 porque el 3 es domingo y así para que notemos más que existe –Navarra- lo ponen el lunes y nos dan fiesta, ¡bieeeeeeen! Por supuesto haberán programado nuestras autoridades unas cuantas navarradas varias para celebrar tan colosal fecha, eventos ellos que se van esparciendo por detrás y por delante del calendario para que la cosa se esponje un poco y dé sensación de más importanxia, ya sea el deportista navarro del año, el Festival Joven de Navarra –con un grupo guipuzcoano, otro de Madriz y el también guipuzcoano Mikel Erentxun, para que se vea que no somos racistas- o la habitual visita a Javier –a Corpas le habría salido más a cuenta este año haberse alquilao una habitación allí- para así superar holgadamente el millón de visitantes –¡ay, que me da el ataque!-. Harto tiene que estar el bueno de Javier de veros a algunos todas las semanas por allá. Bueno, el asunto es que algo habrá, ni lo duden, y así iremos arrancando con el mes de diciembre, que es un mes asesinable sin ningún género de dudas, tanto por las fanfarrias éstas como por las de la segunda quincena, que ésas sí que son tremendas. Porque no te quejes de las Navidades de las pelotas, que enseguida se te echan encima los que te tachan de aguafiestas, triste y peor, sólo porque no te apetece formar parte de la tontería colectiva que se adueña de todo. Es por eso que a diciembre lo tengo el primero de la lista para ponerlo en el muro de Calderería cuando vuelva el muro de Calderería y poder gritar ¡apunten, fuego! ¿Qué se nos queda el año en 11 meses? Pues no pasa nada, más opciones tendríamos de cumplir 100 años y que nos visitara la alcaldesa y decirle cuatro cosas, que ése sí que sería un día señalado.

24 noviembre 2006

La luz

Resulta que se reúnen los ministros de energía de la Unión Europea para estudiar las causas del apagón eléctrico de hace unas semanas y se les va la luz. Eso es una redundancia y lo demás historias. Ahí, los ministros con velas, como cuando se nos iba la luz en el pueblo y a lo mejor no te volvía hasta el día siguiente y se te aparecía la abuela en el pasillo con los rulos y no parabas de correr hasta el pueblo siguiente. A los ministros por los menos se les encendió la bombilla en 25 minutos, el tiempo justo para estirarse un poco de los pelos amparados en la oscuridad. O cosas peores. O mejores. Es curioso lo de la energía, no te das cuenta de que está ahí hasta que no se enciende el interruptor. En casa de mi abuela les pasa algo parecido, que encienden el horno y una placa y ya se les está saltando el automático. Dice mi abuela que debe de ser cosa de la potencia contratada. Yo le digo que igual es eso, así que entonces mejor que contrate otra mayor. Han pasado unos 15 años y sigue así la buena mujer, alternando horno, placa y brasero. Y sin ampliar la potencia. Una mujer ahorradora, mi abuela. Como Esperanza Aguirre, que dice que se le va el sueldo en calefacción. Si pusieses brasero no te pasaría, Espe, pero como tienes los techos más altos que los de la Capilla Sixtina pues te pasa lo que te pasa, que tú sola mantienes la cotización de Gas Natural e Iberdrola juntos y andas día sí día no a bocata de mortadela. Una pena tremenda me das, no te puedes hacer a la idea. Casi casi tanta como la que me da Gallardon, que ahora va y no te va a presentar el libro en el que le pones a caldo. Este chaval se está haciendo un nombre a tu costa, Espe, o ¿es que no te das cuenta, bonita? Si al final va a ser verdad que hay ministros –o ex- con pocas luces.

23 noviembre 2006

Paraguas

No entiendo a qué tanto revuelo por un carril-bici, cuando lo que de verdad hace falta en esta ciudad es un carril-paraguas. Porque hay personas que llevan el paraguas como si fuese un arma corta, que lo abren y ahí se las den todas si te sacan un ojo con las varillas. Y luego está esa manía genética que tiene la mayoría de no sólo ir con el paraguas abierto sino además andar siempre por debajo de las cornisas, que es por donde vamos los que queremos guarecernos y no llevamos paraguas. Pues nada, siempre te encuentras alguno de esos que se aplican el paraguas bien bajo y lo llevan delante de los ojos haciendo de parachoques y le importa bien poco que tú te tengas que salir de la cornisa y calarte hasta las uñas. Ahí van ellos, con doble protección más chulos que un ocho y viéndose sólo los pies. Por eso me parecería muy bien que se crearán carriles especiales para ellos. Claro que entonces no quedaría un chopo sano en la ciudad, porque los chopos en cuanto atisban un operario de una contrata a menos de 100 metros de distancia se ponen enfermos y todos a un tiempo y tiene que venir un propio con una sierra, cortarlos en juliana y convertirlos en palillos que posteriormente serán utilizados en la Feria del Pincho a un módico precio. Otra solución sería que hubiera unas aceras para paragüeros y otras para los que no llevamos, aunque entonces no podríamos ver todos los escaparates y eso seguro que reduciría las ventas y afectaría al empleo. Quizá eso llevase a que la gente no se pudiese comprar tantos coches y así tendríamos más calles peatonales y además para menos personas, porque algunos se verían obligados a emigrar a causa de la recesión. Incluso llegaría el momento en el que la gente no tuviese para paraguas. No sé, esto de ser alcalde es muy jodido.

22 noviembre 2006

Por narices

Tal día como mañana de hace tres meses Raúl García se escapó por la derecha, puso un centro y Pierre Webo saltó mucho, tanto que aquel mal testarazo acabó con todos nosotros como cuando el 6 de julio de 1996 la cámara enfocó a Indurain en Les Arcs y le vimos sacar la lengua y pedir agua. A partir de ahí, todo lo que nos está pasando desde aquella perra noche de agosto me parece cuando menos bastante lógico, incluso que ni yo mismo ni casi nadie en un papel de esta comunidad se haya ciscado en Ziganda, que hubiera sido lo más normal visto el lamentable papel que estamos realizando, ni haya pedido que pasen por las armas a los jugadores en plaza pública. Porque ya hemos comentado en multitud de ocasiones que estamos dispuestos a sufrir con malos resultados, rachas pésimas, años sin ver puerta, pero por donde no pasamos ni pasaremos es por dar la sensación de que estamos perdiendo nuestras únicas señas de identidad, la lucha y la honestidad, que así en frío no son nada pero que al fin y al cabo son nuestras y además es lo único que tenemos. Es como ese tipo feo como él sólo y con una nariz grande pero particular que le da un toque propio y que de repente un día va al cirujano y se la recorta, que sigue siendo feo como él sólo y además plano. Y eso ya no sé de quién es culpa, si del entrenador novato, de la directiva que lo puso, de la que lo mantiene, de la plantilla o de las conjunciones astrales. Y tampoco sé si es buena decisión mantener al Cuco y su aparente poca sangre –tampoco Pedro Mari Zabalza aparentaba sangre y no estuvo nada mal-. Lo único que sé es que el tiempo se nos va echando encima, que cada día oscurece más temprano y que al menos antes se nos distinguía porque de entre los sombras nos asomaba la nariz, nuestra nariz.

19 noviembre 2006

El calvo

Acabo de ver el anuncio de lotería y no sé si es por el resacón que tengo del bodorrio de Tom y Kathy pero el caso es que no he visto al calvo, pero no, es que no aparecía. Y entre que a mi las resacas me sientan muy mal –creo que nos dieron garrafón- y que un anuncio sin el calvo es una mierda, me he puesto frenético, a tal punto que he bajado a mi lotero y le he devuelto los décimos. “¡Y eso?”, ha preguntado. “Ya sabes que si yo compraba era para que apareciera el calvo, sobre todo desde que me enteré que no le dejaban trabajar en otro sitio, ni hablar, ni que le sacaran fotos. Vamos, que estaba preso. O sea, que si no sale ya se pueden ir metiendo los décimos por el culo y ojalá que al de Sort no le toque ni la pedrea, por pelma”, le he dicho. “No te puedo devolver el dinero”, ha contestado. Es buena gente mi lotero y además creo que a él tampoco le ha gustado el nuevo anuncio, más ñoño que una peli de Pili y Mili. Que si el calvo había canibalizado la campaña, que si la gente no sabía qué se anunciaba, dicen los de Loterías. Claro que sí sabíamos, la lotería del calvo se anunciaba, albardaos. Así no vendáis la mitad de los décimos este año. Luego me he acercado al bar de al lado, que es donde hago la porra. Estaba el dueño con el calvo, que por cierto tiene pelo. Nada, que lo ha fichado para ver si así se le apunta más gente, que somos tan malos que llevamos 30 jornadas sin acertar. “¿Le has puesto alguna cláusula”. “¿Cláusulas? ¡Qué va! Me ha dicho que lleva 8 años sin hacer nada. Tú no sabes qué forma de fregar el bar. Ya hemos decidido que en el anuncio va a salir con una mata de pelo del coplero. Y va a hablar. Va a decir: Yo antes era calvo. Y mudo, pero desde que hice la porra en el bar La Montañesa...” Ahí, ahí, los niños del San Ildefonso al paro.

18 noviembre 2006

De guardia

“El presidente Ramón Calderón solicitó ser recibido por el Gobierno de Navarra y, como consejera de Deporte, tal y como es mi responsabilidad y como vengo haciendo con otros representantes de clubs, federaciones y entidades deportivas, entendimos que era adecuado recibirle. Por lo tanto, cualquier otro representante de cualquier club que solicite ser recibido, recibirá el mismo trato”. Palabras de la Consejera de Bienestar Social, Deporte y Juventud, Maribel García Malo, que tiene dos apellidos, como los árbitros de fútbol. Esto es, que al margen de que no tengas ni un solo motivo real no personal para pedir una reunión, ningún proyecto que tratar, ninguna petición concreta, la consejera te recibe, te abre el salón del trono, te prepara una visita guiada y “mire, este entarimado nos los puso Peruchena”. Y, además, en sábado, qué coño, para descuajeringar bien el fin de semana a todos los trabajadores del Palacio de Navarra. Vamos, el mismo trato que reciben todos los clubes y tal y tal. Ávido estoy de conocer el contenido de lo tratado, al margen de la tarima de Peruchena y “el café sólo y con un terrón”. Porque, si no hubo más contenido, entonces aceptar una visita guiada de ese pelo es una tomadura de ídem para los que van a hacer cola cuando haya jornadas de puertas abiertas o esos inventos. Y, si lo hubo, que nos lo cuenten, que se nos hacen los oídos gaseosa. No obstante, voy a ser compresivo y creeré a la consejera. Eso sí, voy a mandar unos cuantos faxes a los miles de clubs deportivos, entidades y federaciones de España para avisarles de que nada, que en Pamplona les enseñan una tarima acojonante y dan un café excelente. Que sólo tienen que solicitarlo, que lo ha dicho la consejera. Va a parecer Diputación una farmacia de guardia.


17 noviembre 2006

Silicon City
En total, ¿te multan o no te multan estas gentes de la ora, que ora trabajan ora no trabajan? Y mira que a mí me da lo mismo una cosa que la otra, que por la ciudad voy en pies, pero es que tengo una curiosidad geográfica innata. De ahí que hace poco leí que el ayuntamiento iba a poner en su web el estado de los parkings de la ciudad, si estaban llenos, vacíos o mediopensionistas, así que nada, a partir de ya que ponga en qué calles te multan y en qué calles no, que resulta que la gente está aparcando y, para luego volver con la seguridad de que no se van a encontrar una multa, se tienen que mirar todos los parquímetros de alrededor hasta encontrar uno que no esté sellado por los huelguistas, con la consiguiente pérdida de tiempo, humor y energía. No sé, algo así como El parking del Baluarte está vacío pero hay medio metro de nieve en las escaleras. Están poniendo multas en la calle Iturrama dirección Esquíroz, pero sólo en la acera enfrente del Policarpo. Atención, agricultores de La Rioja y… Algo completito, vamos, que puedas avisar por el walkie a tu parienta: Amparo, ni se te ocurra aparcar en el Mercado del Ensanche. Hay un piquete sellando el parquímetro y otros quitando la silicona. Así, por turnos. A eso se debe de dedicar un ayuntamiento, no a amenazar a la empresa con multas millonarias por cada día de huelga (¿No dijeron que lo de la zona azul no era un asunto recaudatorio?). Porque si no igual pasa que se empiece a enganchar el personal con el que te pone la multita por no sacar el ticket y se formen unos pifostios importantes todo porque unos están en huelga y otros no pero nadie sabe cuándo ni dónde ni cómo. Ya lo dijo aquel otro: Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años!

16 noviembre 2006

Pies fríos

Estuve hace poco en un funeral. Si en mi mano hubiese estado no habría sido sólo uno el que salió de allá con los pies fríos. Es que no alcanzo a comprender qué extraño resorte hace que la gente esté en eventos de este tipo, desagradables a más no poder, y no pare de darle al pico en todo lo que dura el mal trago, la mayoría de las veces entre susurros, que es incluso más desquiciante que el tono normal –“mira, ésa es la mujer, estará destrozada. Mira, ése es el hijo, que sale con...”. ¡Hala a hacer órdigas! Claro, que hablo de una muerte retroactiva, que sea el propio cura el que saque la pistola, apunte y zaska, una cotorra menos –lo siento, pero suelen ser más cotorras que cotorros-. Y nada, que se quede la mujer allá tiesa hasta que aquello acabe y luego se levante tan pancha y se vaya al Florida o donde le pete a ponerse ciega de mediasnoches o lo que le guste y a seguir repasando todo el listín telefónico de la ciudad o del valle, que ese sí que es el deporte nacional, repasar el listín. Porque más de una vez pasa que las iglesias o sitios o lo que sea son pequeños y mucha gente se queda fuera, gente que perfectamente puede conocer y apreciar mucho al triste protagonista, y tiene que soportar unas conversaciones de barra de bar o de mesa de cafetería que dan ganas de reinstaurar la pena capital ahí mismo, ante el alborozo, por otra parte, de la gran mayoría silenciosa y por supuesto educada. No sé, supongo que nos ha pasado a todos muchas veces, que no entendemos la incapacidad de algunos para estar apenas una hora sin tener que abrir tu puñetera boca llena de dientes para además decir obviedades. A mí lo que es cuando vea por vez primera a un cura expulsar a alguno me harán feliz durante unos instantes. Y si le pega el tiro retroactivo ni les cuento.

15 noviembre 2006


Jamás

“Navarra es Navarra, Navarra es España”. ¡Ahh, Jaime Iñaki, cuánto te voy a echar a faltar, quién me va a investigar a mí quién me robó la amoto! ¿Ves?, a ti solo te hacía falta una frase y a estos cenizos les ha hecho falta para sugerir lo mismo tener que abrirle al presidente del Real Madrid el Ayuntamiento, la Diputación y el Parlamento. Y no creas que a mi me molesta porque sea el Real Madrid –que también-, sino porque a ver qué hacemos ahora cuando vengan, yo qué sé, los del Barcelona, que son unos independentistas; los del Sevilla, que se llaman a sí mismos nación en el Estatuto; los de la Real, que votan a ojos cerraos al PNV. ¿Qué hacemos, mirar para otro lao, hacemos puñetas? ¿Te das cuenta, Jaime Iñaki, en qué páramo ideológico nos dejas? Porque tú con unas pocas palabras sueltas tu ideario y al que le guste bien y al que no también, pero es que estos además nos hacen un gasto del carajo y nos meten en unos pantanos finos. Porque no me dirás que te has creído tú eso de que fue porque la mujer de Calderón es navarra y que él estudio aquí, porque si nos tenemos que poner a invitar a todos los que están casaos con una navarra o estudiaron aquí vamos jodidos, que se le va a quedar la sonrisa a yolandamari pétrea, si no la tiene ya. Porque luego hablamos de que la gente politiza el fútbol, pero la gente es la gente y politiza lo que le da la gana, que para eso es gente, pero que lo hagan estos tiene ya delito, que además da pie a que otros cenizos les insulten en El Sadar –a lo mejor es lo que buscan-. Y porque además te voy a decir una cosa Jaime Iñaki, por ser tú: estos maulas no tienen ni puñetera idea de quién fue ni cómo se las gastaba, por ejemplo, Ricardo Gallego. Y ya dices tú eso de que perdonar tal vez, pero, olvidar, jamás. Y te doy la razón.

12 noviembre 2006

Stalingrado

Más de 1.000 navarros que huelen a reflex van a mear hoy las playas de San Sebastián, van a acabar con los pintxos y los katxis de Aquarius y se van a volver a su casa al otro lado de la muga, donde hace semanas que no queda ni una sola seta porque miles de guipuzcoanos fueron con sus cestas y arramplaron con todas las que salieron, que salieron muchas. Es lo que se llama intercambio de fluidos, comercio exterior y hoy por ti mañana por mi. No pasa lo mismo en cambio con los vizcaínos –rama Athletic de Bilbaú- que practican el lo mío es mío y, lo tuyo, también. O sea, estos se mean en tu playa y se comen tus setas pero a la que vas para allá te cobran por entrar al Guggenheim, que además no deja de ser una lata de atún con un par de hachazos. Incluso su nueva presidenta con apellido de banco y de crimen –perdón por la redundancia- ha declarado que con la Real hasta aquí hemos llegado, basta ya, algo que también dijeron los alemanes a las puertas de Stalingrado porque hacía un frío de cojones, parecido al que campea por San Mamés los últimos años. Es lo que pasa por ir por la vida de vasco txapeldun, que no asumes que hay otras realidades al margen de la tuya y que tu imperio termina donde termina, ni en Zubieta ni en Tajonar, donde ya se ha demostrado, afortunadamente, que cuando hace falta que haga 40 bajo cero como en Stalingrado se pone el acondicionao y así desaparecen las moscas, las malas hierbas y los ojeadores. Se desconoce a la hora de redactar estas líneas cuál será el próximo movimiento de Urquijo y sus huestes, si optarán por un repliegue o por una nueva contraofensiva en alguna guardería, kindergarten o pila bautismal. Lo único que sí podemos confirmar es que los pintxos estaban cojonudos, las setas aún más y que hace una temperatura bien agradable.

11 noviembre 2006

Normal

Me cuenta un buen amigo por teléfono que fue a arrancar su coche, que estaba aparcado en la zona azul, y que no pudo. Se le había acabado la gasolina. Mi amigo sabe que los de la zona azul están en huelga pero también sabe que esto de las huelgas lo mismo se desconvoca a las dos de la mañana y vas al día siguiente y, por pasarte de la hora, te han puesto una receta por la espalda que te guiñas. Así que con la lata en la mano se acercó a una gasolinera que estaba bien lejos aunque era la que más cerca estaba y se encontró con que estaba cerrada, que estaban también en huelga. No funcionaba ni la máquina de chocolatinas. A mi amigo, en consecuencia, se le empezaron a hinchar las pelotas, tanto que le empezaron a doler. Y se fue con la lata vacía y las pelotas bien gordas a un centro de salud que no es el suyo pero cuando a uno le duelen las pelotas no suele atender a razones. Los médicos le impidieron el paso, no sin antes informarle de que podía unirse a su lucha, “camarada”. Eso sí, le dieron un volante para el día siguiente, que no iban a estar de huelga. Entonces mi amigo se fue con la lata, el volante y las pelotas como balones medicinales a una asociación de consumidores. Le dijeron que no era socio, pero que pagando una cuota y con dos fotos de carnet le atendían. Vagó por la ciudad durante horas buscando cabinas de fotomatón, pero desde que cerraron los cines Iturrama y tiraron los Príncipe no sabía localizar ninguna, así que se volvió a dormir al coche, chocando un muslo contra el otro y viendo estrellas. No estaba el coche, pero sí una pegatina de la grúa municipal en el suelo. El caso es que ahora ya estoy un poco más tranquilo porque me ha asegurado que si se atienden sus peticiones en menos de una hora suelta al primer rehén.

10 noviembre 2006

Ejemplar

He desayunado leche con cereales, una fruta y un zumo de naranja, nada de café ni de tabaco. He besado a mi rival y le he deseado que pasara un día maravilloso. He bajado a la calle y el perfume de la mañana me ha abierto las aletas nasales y he aspirado el aroma de esta gran ciudad. He comprado los periódicos y he ayudado a una mujer mayor a abrir la puerta de su casa porque llevaba dos bolsas encima y no podía. He ayudado a cruzar a una segunda señora el paso de cebra de la iglesia de San Nicolás con Sarasate y le he acompañado entre las obras hasta otro paso de cebra que lleva a la calle Alhondiga. He llegado al trabajo, he saludado a mis compañeros y he trabajado 8 horas sin levantar la cabeza. He vuelto poco a poco a casa, silbando feliz y mirando las nubes, que ya saldrá el sol mañana, seguro. He avisado a un policía de que estaban robando en una pastelería y le he avisado al ladrón de que había avisado a la policía. Le he comprado dos croissants al pastelero. He llamado por teléfono a la Mancomunidad para recordarles que aún no me han cobrado el agua y he pasado al salón del vecino para arreglarle el televisor. He hecho la cena, me la he cenado y he dejado unos restos para darles a las palomas. He rescatado al gato de la vecina, que se había escapado, el muy tunante. He rezado mis oraciones, he besado a mi rival deseándole que pase una noche maravillosa y he apagado la luz que hay que descansar. Y yo les cuento esto que a ustedes les importara una mierda porque he leído que el candidato del PSN a la alcaldía de Pamplona propondrá a un ciudadano ejemplar para tirar el chupinazo si gana las elecciones y aquí si no se hace la publicidad uno mismo no te la hace ni Blas, kawuenzotz. Con las ganas de que tengo yo de salir al balcón y decir: ¿Puedo saludar?


09 noviembre 2006

Sospechosas habituales

Fascinado estoy tras leer que ya son 12.000 las personas que han visitado la regalada exposición Navarra, tres millones de euros. Fascinado por lo ciclotímica que es la ciudadanía navarra, que en los primeros 15 días acudió a una media diaria de 285 personas y que en los 15 siguientes elevó ese flujo a la nada despreciable cifra de 515 personas al día. Todo esto según los convocantes de la manifestación, claro, y no según la policía, que ya saben que analiza las manifas bajo otro baremo numérico. ¿Y cómo se explican ustedes y servidor semejante incremento de nada menos que del 80%? ¿Habrá bajado el barril de Brent? ¿Regalan un pintxo de txistorra? ¿Recita Arbeloa sus versillos? ¿Quién coño es Brent? Nunca se sabrá, de la misma manera que nunca se sabrá la cifra real de gente que ha acudido a tan magno y gratuito evento, aunque estaremos muy atentos a futuros partes para reírnos un rato por no llorar. Sí que sabemos, en cambio, porque lo ha dicho Corpas -y el que no quiera creerle que no le crea pero que no le ponga en duda-, que ya son más de un millón las personas que han estado este año –mariano- en el castillo de Javier, que menos mal que está empedrado, no como el pobre huerto del pobre Getsemaní, el primer okupado. Eso ha dicho Corpas: un millón. De dónde sale tan majestuosa cifra tampoco lo sabemos ni sabremos, ya que bien es sabido que las estadísticas se hacen como Panoramix el druida las pócimas: mezclando las hierbas que más nos interesan o, como dice un amigo, contando todos los coches que pasan por la carretera de Sangüesa y multiplicando por 4. Por lo que, ante este panoramix de sospechosas cifras que tratan de justificar inversiones injustificables así vayan la mitad de los chinos, no nos queda sino decir: ¡Y si seunde el mundo queseunda!

08 noviembre 2006

Al cuerno

Antes de cada verano vamos un fin de semana a mi pueblo a preparar el terreno, que es áspero. Como aquello parece la selva -y delante de casa y escondidos entre las hierbas perfectamente se puede jugar a polis y a cacos sin que te vean, o al Vietcong-, pues le pasamos la cortadora –una vez se perdió mi sobrino y lo localizamos ya de noche hecho fuerte dentro de una topera-. No vallamos el campo, porque no es nuestro, sino de paso, comunal, que se llama. Tampoco vallamos un campo enano que sí que es nuestro y al que también le pasamos la cortadora y al que mi padre le arranca matas que irremediablemente en unos meses tienen la altura de una casa. La naturaleza, si no se le va a sacar partido para que coman las vacas o para sembrar, no se valla, porque si no ni es naturaleza ni es nada, es una cosa verde metida dentro de una urna. El Ayuntamiento de Pamplona, en cambio, sí que va a vallar los jardincillos del paseo de Sarasate, que antes no estaban cercados. Se conoce que la gente pasa por encima cuando todos sabemos –al menos los dirigentes- que la hierba ni es para fumarla ni es para pisarla sino para saber que está ahí. Todo un misterio para mí, eso de ver pero no tocar. Supongo que será porque no queda bonito que se hagan carriles de tierra entre lo verde y por eso dicen que ya hay caminos empedrados y no hace falta pasar por en medio, cuando tal vez lo que yo quiera es precisamente pasar por en medio y notar tierra debajo y no baldosa. Esto es, que hay que seguir por el camino que te marcan y lo verde para mirarlo de fuera, como el zoo. Supongo que en eso consisten las ciudades pijas, en ir perdiendo poco a poco libertad de movimientos al tiempo que se puede decir oh qué mono está todo. Por mi se pueden ir todos al cuerno con lo mono que estará todo.

05 noviembre 2006

Todo pa ti

Tiene que ser un momento épico. Vas tú conduciendo tu autobús escolar por una carretera de Washington y de repente te das cuenta de que los niños están saludando con la mano a alguien que está adelantando al autobús en coche. “¿Quién será, Bruce Willis, Britney Spears, el pato Lucas?”. Es Bush, jódete. Te está adelantando Bush. Él está saludando a los niños con su cara de bobalicón, agitando también las manos. Entonces le miras fijamente, levantas la mano derecha del volante y piensas: “Estas cosas pasan una vez en la vida”. Cierras el puño y estiras el dedo corazón. Todo para ti, mi amol. Y te quedas más ancha que larga e introduces en el radiocassette ésa cinta de ZZ Top que se guarda para las grandes ocasiones, ésas en las que una encuentra el sentido de la existencia y actúa en consecuencia. Metes cuarta, si es que en algún autobús yankee todavía existe el cambio manual, y dejas a los niños de vuelta en el colegio, porque habíais ido al zoológico. Luego ya llega la superintendente -¡vaya nombres!- y te expulsan del trabajo alegando que has hecho un gesto obsceno delante de los niños, aunque tú piensas que en realidad te echan del currelo por el motivo verdadero. Por eso presentas una queja formal por tu cese y recurres. No sé yo, no sé si has hecho muy bien, hermosa. Para mí que hubiera sido mejor que patentaras el gesto y lo hicieras reproducir en camisetas, pasteles, lámparas de mesa... No sé, sacarla una pasta a tu osadía. Porque luego igual va y te admiten y a ver cómo va una al trabajo con esa perspectiva tan gris por delante, la de que ya nunca, pase lo que pase, vas a encontrarte en una situación tan apetecible. A no ser que te hagas la encontradiza y la siguiente vez le hagas un calvo, que eso ya sería para enmarcar y hacerte la ola.

04 noviembre 2006

Un mito

Se me ha caído un mito. Ahí está, en plena acera, como una tarta de boda en mitad de la lluvia y los muñecos hundiéndose a causa del peso de las gotas y la nata que se va desinflando y pasa un coche y aplasta con una rueda el frac del novio. Mi mito era Galipienzo. Algunos ponen en el corcho de la habitación un póster de Scarlett Johansson y yo le ponía a él, porque para lo que sirve el poster de Scarlett Johansson a mí me basta con la imaginación y el ímpetu. En cambio, era ver a Galipienzo y desarrollaba yo una capacidad para convertir mi sueldo en propiedades que pa qué. Me inspiraba, su careto. Yo lo tenía como al George Soros de la adquisición de pisos, como al Houdini de los créditos hipotecarios, como al Tamariz de las parcelas reurbanizables. Es más, si hubiese abierto una asesoría yo hubiese sido de sus primeros clientes porque alguien que con su edad y su sueldo anual de 90.000 euros –eso dijo él, El Multiplicador- es capaz de tener cuatro casas, tres parcelas reurbanizables, una bajera comercial y cuatro BMW también es capaz de multiplicar los panes y los peces y hasta inventar la mayonesa si hace falta. Y conseguirme a mí un pisito en Zahara de los Atunes, que es lo que yo quiero, sin más, ni coches, ni bajeras ni leches, un pisito modesto en Zahara, con su balconcito pequeño pa dejar el aspirador y el tendedero y mira por ahí va Javier Krahe a pegarse un baño. Pero no va a poder ser, porque va y ha dicho un juez que no era así, que robaba, mi Ignacio. Ahora le llaman prevaricar y no sé qué de cohecho, pero en mi pueblo es robar, que tampoco es igual que trasladar una cosa de un sitio a otro. Ahora lo que me preocupa es qué hago con el hueco que se me ha quedado en la pared. A lo mejor pongo un póster que tengo de Milli Vanilli.

03 noviembre 2006

La musiquita

Ayer me volvió a pasar: “¿De parte de quién”, me pregunta ella. “De mi parte propia, de la de Jorge Nagore”. “¿De dónde llama?”. “De Pamplona, ciudad de la cultura europea 2016”. “Espere un momento”. Suena una musiquilla. Fiu-fiu-fiu. Silbo y me miro las uñas de la mano derecha. La verdad es que esa tijera que me regaló mi padre y que sirve para las dos manos es una maravilla, tengo las uñas para venderlas al peso. Fiu-fiu-fiu. Para la musiquilla, menos mal. Habla ella: “Está reunido”. Fiu-fiu-fiu, silbo más fuerte, hago una pausa dramática y le respondo: “Mire, señora o señorita. Sé que es usted una mandada tal que yo mismo, pero no me haga perder el tiempo. Es imposible que esté reunido todas las veces que le llamo. Eso, en primer lugar. En segundo lugar, si está reunido, ya que es usted su secretaria o lo que sea, debería usted saberlo antes, con lo cual agradecería que la siguiente vez me lo diga antes de ponerme la musiquilla ésa y hacerme perder como poco un minuto. En tercer lugar, si no quiere ponerse que no se ponga, pero dígalo con total tranquilidad que no pasa nada, que llamo a otra persona que no se reúna hasta para sacarse los mocos y ya está. Y, por último, dígale a su jefe que se vaya concretamente a la mierda y usted detrás”. Luego me desperté y aunque aún estaba un poco atontado tuve capacidad suficiente como para pegar un buen corte de mangas, que me ha dejado el brazo derecho en carne viva, a todos esos que por no decirte las cosas a la primera nos vuelven locos con llamaditas y que si está reunido o que si llame en cinco minutos. Ahora voy a ver si llamo a la alcaldesa para que me explique eso de ciudad europea de la cultura y luego igual me bajo al cementerio a dar una vuelta y a pisar unos cuantos charcos para relajarme.

02 noviembre 2006

De algo

No se puede beber en la calle. No se puede fumar en casi ninguna parte. No se puede pedir una hipoteca. No se puede gastar más de 60 litros de agua al día. No se puede llenar el depósito de gasolina. No se puede echar aceite de oliva a la ensalada. Prohibido fijar carteles. Ha subido el gas, el natural y el de butano. Cada vez hay más apagones eléctricos. Han puesto una hora más en los relojes y no nos han preguntado si nos apetece o qué tal nos sienta. Las cañas están a 1,80 y casi nunca tienen espuma y mucho menos dejan anillos en el vaso. El billete de villavesa sube un 16%, pero baja para las familias numerosas, aunque no es plan ponerse a fornicar como conejos por tan nimio motivo, porque los pañales también han subido mucho y no digamos la ropa. Los sueldos, bien, gracias. Hay pocos conciertos decentes y los que hay son caros incluso si eres socio de algún banco o logia masónica o lo que sea. Hay una exposición gratis que no me interesa y un equipo de fútbol que no mete goles. Hemos estado dos semanas sin ver el sol y llevamos cuatro días que mejor estaríamos yendo en pelotas. No se puede ir en pelotas. Dentro de poco hay elecciones pero casi nada donde elegir. Igual empiezan a cobrar por ir a coger setas, venenosas o no. Casi todos los comercios que me gustan están cerrando porque no le gustan a la gente, que a lo que se ve prefiere hacer cola para pagar. Hay una gran cantidad de problemas que parece que no existen porque hay una gran cantidad de problemas y se anulan unos a otros. No tenemos mucho tiempo, aunque aún no ha oscurecido. Porque esta noche al caer la noche el equipo que no mete goles tal vez meta uno y entonces nos parecerá que la vida es maravillosa porque algunos somos así de simples y además es maravillosa y porque de algo hay que vivir.

01 noviembre 2006

No hace nada

El perro no hace nada, esa carretera se la conocía como la palma de la mano y la podía seguir con los ojos cerrados, parecían una pareja de lo más normal, enamorada y educada así que no comprendo cómo le ha metido 50 tiros y alguno más. Frases que todos hemos escuchado miles de veces poco después de ver u oír cómo un perro se ha tratado de comer a alguno, cómo alguien ha provocado un accidente de coche yendo al trabajo por adelantar y ganar 10 segundos o tras un episodio violento de los que luego televisan en el programa Gente con una señora hablando asomada a una puerta con cortinas de ésas de tiras de plástico para las moscas. Las cosas pasan y sorprende que la gente se sorprenda tanto de que pasen, cuando lo extraño es precisamente que no pase nada cuando nos confiamos tanto. Lo de los perros, por ejemplo. Los dueños de los perros, algunos dueños, tienen la manía de decirte pero si no hace nada. Ya, pero eso lo sabes o crees saberlo tú, no yo, que voy tranquilamente paseando y no tengo porque saber discernir si ese ladrido es de defensa o de ataque o de si me está enseñando el colmillo para que le vea el puente que le ha puesto el dentista o es puro precalentamiento antes de atizarme un trasko en el muslo. El perro, lógicamente, no tiene culpa alguna –ya lo cantaban los Tijuana: “El tiburón no es culpable, es por su naturaleza”-, de lo que habrá que deducir que al que hay que hacerle el psicotécnico es al dueño, que suele proyectar su forma de ver la vida en el tamaño y la cara de mala leche de su perro. Del mismo modo que habría que hacérselo a mucho conductor de ésos yo no he tenido un accidente nunca o a esos individuos que no se sabe por qué tienen un pistolón en casa para defenderse no se sabe muy bien de qué ni por qué.