
Como todos los años por estas fechas, la geina y yo... ¡Coño, otra vez se me ha cruzao el cable, jodida campechanía! Rebobino. Como todos los años por estas fechas, bajamos la persiana. Desde hoy esto se ha acabado hasta septiembre, siempre que la autoridad competente y la climatología no lo impidan o que a mi se me cruce el cable del todo y me vaya a Zihuatanejo con Tim Robbins y Morgan Freeman, que ya les tiene que ir el negocio bastante bien y quizá necesiten un periodista –pa llevar los cafés-. Me encantaría que todos tuviésemos un Zihuatanejo, donde encontrar de nuevo a los amigos a los que hace tiempo que no vemos y abrazarles, así, sin palabras, y sentarnos a la orilla del mar a tirar conchas o a meter las manos en la arena hasta que nos duelan las uñas y darles un capón y contarles alguna tontería de ésas que nos permiten tirar para adelante. Pero creo que no hay un Zihuatanejo así, porque si no sería un destino turístico del copón y para encontrar a tus amigos sería un jaleo, con la playa llena de gente metiendo las uñas en la arena como si fuésemos todos mariscadores. Se metería por medio Paco El Pocero, se llenaría de alemanes, subirían los precios y así de mal en peor, hasta abrirían una tele local. De modo que no pienso ir, que les den a Morgan, Tim y a Zihuatanejo, ya me buscaré el mío propio. Lo que no sé es por dónde empezar a buscar, aunque seguro que lo tengo delante de las narices. Supongo que todo está siempre delante de las narices y la gracia consiste en darse cuenta. Yo, de momento, que no es poco, de lo que me doy cuenta es que ha sido un privilegio, un año más, echar un rato por aquí con ustedes. Ya saben, disfruten y cuídense, que, como dijo aquel, cualquier día por encima del suelo es un buen día. Gracias. Un placer. Salud.