
Tengo tres autógrafos en casa, los tres únicos que he pedido en mi vida o que han pedido por mi. Uno es de Vázquez Montalbán y lo consiguió mi hermano en una feria del libro. El segundo es de Joaquín Vidal, el fallecido crítico taurino de El País. No me gustan las corridas de toros, pero no me perdía ni una sola de sus crónicas, que eran auténticas obras de arte, insuperables. En el tercero y último se lee: para Jorge, de su bandido Fendetestas, casuensoria. Se lo pedí en persona una tarde de agosto de hace ya muchos veranos en mi pueblo, a donde había ido a visitar a los amigos que hizo en los años que vivió allí mientras su padre, que era guardia civil, trabajaba en el cuartel. Por tanto, que le hayan dado el premio éste a Alfredo Landa me alegra y me resulta algo sumamente lógico si contemplo que este hombre que caerá mejor o peor pero del que no hay duda que es un excelente actor ha hecho papeles como los de El crack, Los santos inocentes, La vaquilla o El bosque animado, entre otros muchos. Bueno, ya sólo por el papel de Paco el bajo se merece este premio y todos los que se le puedan dar a un actor. Así que, por una vez, tendré que reconocer que estoy de acuerdo con la decisión tomada por Corpas y su cohorte de expertos, y más teniendo en cuenta que se le da a un artista de verdad y no, con todos los respetos para sus profesiones, a un físico, a un ingeniero o a un científico, como se ha hecho en anterior ediciones con esa regla de tres que alguien se inventó y que considera que todo es cultura, lo que puede dar pie a que el año que viene gane, yo qué sé, un fontanero. Estaría bien que de cara al futuro se siguiera esta línea y no se mezclará otra vez la cultura con las valiosas aportaciones por parte de personas que nada tienen que ver con la misma.